La manifestación del 20 de abril en Lanzarote fue un éxito

Asistentes la manifestación del 20 de abril en Lanzarote

La manifestación del 20 de abril en Lanzarote congregó a unas diez mil personas a favor de un cambio en el modelo turístico de las Islas Canarias. El lema, Canarias tiene un límite, resumió claramente las reivindicaciones y preocupaciones de gran parte de la sociedad isleña.

La movilización, que atrajo la atención tanto a nivel local, estatal e internacional, evidenció la creciente preocupación de la sociedad lanzaroteña por el impacto social y ambiental que está provocando el turismo de masas. Cabe recordar que en 2023 Lanzarote alcanzó los tres millones de turistas, lo cual supuso un récord histórico.

Si bien estos datos han generado beneficios económicos significativos, en aspectos de sostenibilidad ambiental, equidad social y preservación cultural se plantean muchas dudas. En términos generales, Canarias generó veintidós mil millones de euros en 2023, lo que supone el 35% del PIB del Archipiélago. Sin embargo, el 36% de la población canaria está en riesgo de exclusión social o debajo del umbral de pobreza. Además, los datos oficiales la sitúan como la segunda Comunidad Autónoma con peor salario medio y la tercera con más tasa de paro.

La manifestación del 20 de abril representó un llamado urgente a repensar el modelo turístico. Los participantes, procedentes de diversos sectores de la sociedad lanzaroteña, expresaron su preocupación por la sobreexplotación de los recursos naturales, la masificación turística y la precarización de las condiciones laborales en el sector. Así, quedó patente el amplio consenso en torno a la necesidad de un cambio de rumbo en la política turística de Canarias.

La movilización no solo fue una muestra de la preocupación ciudadana, sino también un llamado de atención a las autoridades y al empresariado del sector turístico. Representó un nuevo punto de inflexión en el debate sobre el futuro de la industria turística en las Islas Canarias. Siendo que, en el contexto de emergencia climática, hídrica y poblacional, Canarias se encuentra en una encrucijada vital.

La manifestación del 20 de abril en Lanzarote fue mucho más que una protesta puntual, fue la reacción de la gente frente a las desigualdades provocadas por este modelo de explotación, fue el símbolo de la voluntad colectiva de construir un futuro más justo, equitativo y sostenible para las generaciones venideras.

Ahora, más que nunca, es necesario que esta voz se escuche y que se tomen las medidas necesarias para transformar el modelo turístico de Canarias siendo coherentes con los principios del desarrollo sostenible y la justicia social.

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